La vida de Henry ha sido intensa, a pesar de su juventud, pues solo cuenta con 30 años. Numerosos momentos especiales la vienen conformando y su graduación como ingeniero eléctrico en el lejano 2017 fue uno de ellos. A partir de esa fecha se integró a la U.E.B. de Redes en el municipio Antilla, como especialista A de redes y sistemas, y luego como ingeniero de distribución. “Es una labor que exige entrega y responsabilidad, y lo más difícil es velar porque cada liniero llegue a su casa, luego de cada jornada, sin haber sufrido ningún accidente o contratiempo”.
Nada complace más a Henry, en lo profesional, que la sonrisa agradecida o los apretones de manos tras electrificar un barrio o solucionar una avería. “Son muestras de que los clientes se sienten complacidos con nuestro trabajo y eso nos compromete a elevar la calidad del servicio que ofrecemos”.
La empresa eléctrica ha devenido en su segundo hogar, pues ha sido su único centro laboral, y sus compañeros una especie de familia. Al referirse a su labor, que es bastante amplia, no puede ocultar el orgullo: “Poner aquí el párrafo que habla sobre la labor del ingeniero de distribución”.
Cómo se define Henry. “Soy un hombre sencillo y me siento realizado como profesional y como ser humano. Vivo enamorado de la vida y de mi familia, tengo dos niños preciosos que me recuerdan cada día que debo cuidar bien mi andar, porque ellos siguen mis pasos. Me identifico con mi Patria y mis principios son inquebrantables. Para mí es un alto honor y un privilegio decir que soy joven, que soy ingeniero eléctrico y que soy cubano”.
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