Doce años ya cumple el proyecto Regalando Amor…y se dice fácil; es que hasta contarlo también lo parece, vendría a ser como tarea para escolares de primer grado: 1,2,3,4…12. Si a ello se suma Gardel con aquello de que “veinte años no es nada”, seguro que doce le parecerán mucho menos. Sin embargo por la dosis de alegría y solidaridad de esta especial docena, ella misma se eleva a la N potencia y ya veremos entonces qué dirá el célebre compositor argentino. Su génesis fue en abril de 2012, cuando un grupo de pacientes pediátricos asistieron a un cumpleaños colectivo, en el que no importaba la fecha de nacimiento, se celebraba el milagro de la vida. La casa de cultura Adelaida del Mármol devino en un palacio donde príncipes y princesas disfrutaban de lo lindo. Abundaban regalos, confituras, globos, besos y apretones fortísimos (de esos que no fracturan huesos, pero sí tristezas).
Hasta la fecha mucho ha llovido… ¡y lo que falta por llover, segurito que sí! He seguido una a una las celebraciones y mirando las fotos y videos me embarga una mezcla de nostalgia y de orgullo por mis coterráneos, que difícilmente pueda expresar en estas líneas. Soy testigo de la solidaridad y el humanismo conque todos aportan, da igual si billetes o abrazos. Los directivos olvidan sus jerarquías y tocan tambores invisibles, las abuelas se convierten en bailarinas y los padres suben al escenario para cantar y saltar y reír… Hay quienes además lloran, que no son pocos, por aquello de que la emoción a veces es húmeda y salobre. Pero lo mejor de todo es la sonrisa de cada infante, y para dibujarla contamos con más de 20 000 pinceles, si porque luego del 1 de julio del 2022 Antilla creció y ya somos muchos más los que nos embarramos con acuarelas.
Aquí les comparto la más reciente actividad, y con ella, la eterna gratitud a quienes hacen posible esta titánica obra de infinito amor. A ellos: GRACIAS, GRACIAS…Y MIL VECES GRACIAS.
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